Maurits Cornelis Escher_La mano que refleja el mundo, 1935
Tomando como arco
la potente arma del Upanishad, debes colocar en él la afilada flecha de la
meditación. Ténsalo con un pensamiento dirigido a la esencia de Aquello. Y
penetra el blanco imperecedero, amigo mío.
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