Dalí_Retrato de Lucía,1918
La escuela es la escuela del Estado, donde se hace de los jóvenes criaturas del Estado, es decir, ni más ni menos que agentes del Estado. Cuando entraba en la escuela, entraba en el Estado, y como el Estado destruye a los seres, entraba en el establecimiento de destrucción de seres. [...] El Estado me ha hecho entrar en él por la fuerza, como por otra parte a todos los demás, y me ha
vuelto dócil a él, el Estado, y ha hecho de mí un hombre estatizado, un hombre
reglamentado y registrado y dirigido y diplomado, y pervertido y deprimido, como todos
los demás. Cuando vemos a los hombres, no vemos más que hombres estatizados,
servidores del Estado, quienes, durante toda su vida sirven al Estado y, por lo tanto,
durante toda su vida sirven a la contra-natura
vuelto dócil a él, el Estado, y ha hecho de mí un hombre estatizado, un hombre
reglamentado y registrado y dirigido y diplomado, y pervertido y deprimido, como todos
los demás. Cuando vemos a los hombres, no vemos más que hombres estatizados,
servidores del Estado, quienes, durante toda su vida sirven al Estado y, por lo tanto,
durante toda su vida sirven a la contra-natura
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