Walter Launt Palmer_El Templo egipcio de Kom-Ombo, 1892
La mente que en un momento dado conociera todas las
fuerzas que actúan en la naturaleza y la posición de todas las cosas de las que
se compone el mundo –suponiendo que fuese lo suficientemente amplia como para
poder analizar todos estos datos- abrazaría en una misma fórmula a los
movimientos de los cuerpos más grandes del universo y a los de los átomos más
pequeños. Nada sería incierto para ella, y el futuro, al igual que el pasado,
estaría presente ante sus ojos.
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