Dedico este blog al Eterno Señor siempre físicamente manifestado,
sea cual fuere el lugar de esta tierra donde ahora se encuentre.

jueves, marzo 29, 2012

César Moro

Pablo Ruiz Picaso_Acróbatas (Madre e Hijo), 1905

Que la vida –la admirable, la pavorosa vida- continúe desenvolviendo sus hilos… ¿Cómo no seguir en los sitios de peligro donde no caben ni salvación ni regreso?

Tanto peor si la realidad vence una y otra vez y convence a los eternos convencidos trayendo entre los brazos verdaderos despojos: el hierro y el cemento o la hoz y el martillo como argumentos definitivos para justificar la prodigiosa bestialización de la vida humana.
Ese mundo no es el nuestro



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