Dedico este blog al Eterno Señor siempre físicamente manifestado,
sea cual fuere el lugar de esta tierra donde ahora se encuentre.

martes, septiembre 06, 2011

Isaac Asimov_El Libro de los Sucesos

Ruinas de Guernica_España, 1937

Durante su recorrido por las provincias rusas en 1787, Catalina II la Grande creyó, al ver gente alegre y villorrios prósperos, que había conseguido hacer dichosos a sus súbditos. No se dio cuenta de que todo era un engaño fraguado por su primer ministro, el tuerto Potemkin, quien hizo disponer «aldeas Potemkin» a lo largo de la ruta real. Había ordenado al pueblo que aseara las calles, pintase las fachadas de sus casas, vistiera sus mejores ropas y sonriera. La emperatriz jamás notó la miseria y mugre tras esas fachadas.

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