José Antolinez_El Mercader de imagen, 1635-1675
El vocabulario es necesariamente primitivo y reduce la trama al chismorreo y la historia a un cuento de hadas. En la actualidad, el hogar estadounidense medio ve la televisión unas siete horas al día aproximadamente y las estrellas de los culebrones reciben miles de cartas por semana en las que fieles admiradores les confiesan unos secretos tan íntimos que ni siquiera se atreven a contarlos a sus esposas, maridos o madres. Como las antiguas creencias paganas, los medios de comunicación en masa conceden la primacía a lo personal frente a lo impersonal.[…] Así como los griegos atribuían oligoelementos divinos a los árboles, vientos y piedras (el dios del río se enfadó y el niño se ahogó; el dios del cielo sonrió y las cosechas maduraron), los estadounidenses modernos atribuyen poderes similares no sólo a las ballenas o a los búhos moteados, sino también a los individuos señalados por la aureola de la fama.[…] Como deidades menores o una pequeña muchedumbre de ídolos pintados en un santuario de carretera, alivian el dolor de la duda y mantienen a raya el miedo a la muerte.
LEWIS H. LAPHAM
Introducción a la Edición de la MIT PRESS
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