Sorolla_La hora del baño, 1904
Iglesia… En ella se ha intentado usar la fuerza para obstruir las fuentes de la fuerza; en ella, la mirada, vidriosa y taimada, se dirige contra la misma prosperidad fisiológica, en especial contra su expresión: la belleza, la alegría; mientras, se siente y se busca una satisfacción en el fracaso, en la atrofia, en el dolor, en el accidente, en lo feo, en el sufrimiento gratuito, en la alienación, en la autoflagelación, en la autoinmolación (..) Ellos merodean entre nosotros como reproches vivientes, como advertencias... como si la salud, el éxito, la fuerza, el orgullo, el sentimiento de poder fueran en sí mismos cosas viciosas que algún día hubiera que expiar... y expiar amargamente: en el fondo, ¡qué dispuestos están a hacer pagar! ¡qué ansiosos de ser, de ese modo, verdugos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario