Salvador Dalí_Visage of War,1940
Siguió un castigo por todo lo alto. Durante diez días, un período excesivamente largo para cualquier conciencia, mi padre bendijo las palmas de la mano estiradas de su hijo de cuatro años con una aguda palmeta. Siete golpes diarios a cada mano hacen un total de ciento cuarenta golpes y algo más: poner punto final a la inocencia del niño. Nada se de todo cuanto sucedió en el Paraíso con Adán, Eva, Lilith, la sepiente y la manzana; nada se de la justa borrasca bíblica de antes de los tiempos, de la airada voz del Todopoderoso y de su dedo que significaba la expulsión: nada se de todo aquello. Fue mi padre quien me expulsó de allí.
(1980)- pág. 59
No hay comentarios:
Publicar un comentario