Kandinsky a
Del número de ciudades imaginables hay que excluir aquéllas en las cuales se suman elementos sin un hilo que las conecte, sin una regla interna, una perspectiva, un discurso. Ocurre con las ciudades como con los sueños: todo lo imaginable puede ser soñado, pero hasta el sueño más inesperado es un acertijo que esconde un deseo, o bien su inversa, un miedo. Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de miedos, aunque el hilo de su discurso sea secreto, sus reglas absurdas, sus perspectivas engañosas y toda cosa esconda otra.
Las ciudades invisibles
No hay comentarios:
Publicar un comentario