Pero cuando de un pasado distante nada subsiste, muerta ya la gente, y rotas y dispersas las cosas, solo el sabor y el olor, más frágiles pero más duraderos, más inmateriales, más persistentes, más fieles, permanecen suspendidos largo tiempo como almas que recuerdan y aguardan entre las ruinas de todo lo demás, y soportan impávidas, en la minúscula y casi impalpable gota de su esencia, el vasto edificio del recuerdo.
En busca del tiempo perdido
No hay comentarios:
Publicar un comentario