6. Existe un placer por el ejercicio del poder del Estado, por la celebración de la razón de Estado.
La razón de Estado dispone de numerosos y poderosos instrumentos simbólicos. Sus fórmulas estereotipadas, sus rituales, sus banderas, su pompa y su oropel se imponen a la imaginación colectiva. Las disputas artificiales de sus agentes monopolizan la comunicación social. Las castas y clases se suceden en el poder: sus modos de vida, los palacios en donde viven, los banquetes que organizan o los viajes que programan no varían para nada. Elegidos por el pueblo o designados por Dios, los hombres que ocupan el poder se conducen como príncipes a quienes el Estado, sus instituciones y las inmensas ventajas simbólicas y materiales que ellas proporcionan les pertenecen como propias, tal como Victor Goldschmidt afirma: "La clase política francesa actual funciona como una aristocracia electoral"
¡VIVA EL PODER!
CRÍTICA DE LA RAZÓN DE ESTADO
JEAN ZIEGLER
iepala FUNDAMENTOS
CRÍTICA DE LA RAZÓN DE ESTADO
JEAN ZIEGLER
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