Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.
Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado
exacto, en el momento oportuno. Con el propósito justo
y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan
sencillo.
Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado
exacto, en el momento oportuno. Con el propósito justo
y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan
sencillo.
Ética a Nicómaco
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