Abandonados por nuestros sueños, sin otro ropaje que nuestras historias,
sin más alimento que las estrellas, las cuatro direcciones por abrigo y protección,
y el espíritu de todo lo que amamos por nuestro único compañero,
vivimos como guerreros de una Orden peligrosa, campeones de ternura
que por la virtud batallamos en la guerra implacable de la supervivencia.
sin más alimento que las estrellas, las cuatro direcciones por abrigo y protección,
y el espíritu de todo lo que amamos por nuestro único compañero,
vivimos como guerreros de una Orden peligrosa, campeones de ternura
que por la virtud batallamos en la guerra implacable de la supervivencia.
EL LOBO Y LA CORONA
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