
En fin, si la Humanidad, en el transcurso de edades extinguidas, trató repetidas veces de subir los peldaños que conducen a una altísima civilización inmortal, y resbaló, y cayó, ¿por qué no podemos estar nosotros en camino de conseguir la escalada, de construir la civilización que conocerá la inmortalidad en la Tierra y en los cielos? Esta pregunta optimista hará sonreír a muchos, pues hoy está de moda el desdén, el «catastrofismo» zumbón. Pero, en primer lugar, la moda es lo que pasa de moda. Y, en segundo término, sería una estupidez detenerse en una posada tan mezquina en el curso de un viaje tan largo y tan hermoso en el tiempo.
La Rebelión de los Brujos
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