Velázquez_Mercurio y Argos, 1659
Sin menoscabar en nada el primario dualismo formal entre
las categorías ser y deber ser, es forzoso reconocer
que cuando, agotada la serie de normas cuya validez
deriban unas de otras, nos preguntemos por el principio
y la postrimería, por la aparición y la destrucción del
deber ser, no podemos contestar a dichos interrogantes
mientras permanezcamos en el mundo del deber ser:
es preciso pasar al del ser.
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